domingo, 28 de agosto de 2016

Selebreishun

Nueva entrada con más locuras reptilianas, que sé que os encantan.



Toca desdecirse de las palabras que una misma juró y perjuró en posts anteriores. La vida da muchas vueltas y las bodas muchos palos (sobre todo a la cartera), así que al final ya tenemos viaje de novios, y no es al otro lado del mundo. O a un destino cultural de frío y monumentos... bueno, al menos no solamente allí.

Nos vamos a un hotel relajante a tirarnos a dormir y beber daikiris de bananananana hasta que envejezca el mundo. Mi falta de vacaciones, la falta de vacaciones de Groomzilla, mi alarmante anemia piscinal y marina, los cientos de preparativos, las escandalosas finanzas inesperadas y las pequeñas maldades que nos han acechado nos fuerzan a buscar descanso. Porque sí, también hay sitio para el mal en un evento tan feliz como una boda. Y donde menos se espera...

Esto con la firme promesa por parte de mi Groomzilla de que el año que viene nos iremos a hacer ese viaje de cultura, exploración y aprendizaje que teníamos pensado para luna de miel. Veremos como va, porque ya me conozco las promesas del sáurido dichoso.

De todas formas, es un hotel construido de forma respetuosa con el medio ambiente, una preciosidad de interiores, relajado, con arrecifes (en contraposición a los resorts de infinitas playas de arena blanca) y al ladito de interesantes ruinas antiguas que podemos visitar... Algo es algo.

Me revienta, he de confesarlo. Pero son demasiadas cosas, una encima de la otra, las que nos fuerzan al descanso.

Me mando a pastar a mí misma por no estar contenta con este plan
Al menos ya están prácticamente todas las invitaciones entregadas. Que ha traído cola el temita... entre la escandalosa informalidad de la imprenta (nervios), los envíos que parecían no llegar (más nervios), los familiares que no tenían ni pajolera idea de lo que ponía en la invitación (nervios bullendo), los que se ofendían al ver la tarjeta de visita (choque cultural y nervios al rojo blanco) y los que se enfadaban por gi-li-po-lle-ces (nervios KABOOM) ha sido un tema que ha traído cola.
- No has puesto el nombre de mi amiga en el sobre.
- Es que te invito a ti, que eres mi familia. Puedes traer acompañante.
- Ya, pero si no está su nombre...
- No conozco a tu amiga. Ni siquiera sé cómo se llama (y llevas con ella dos meses, btw)
- Pues se va a enfadar. Y yo también me estoy enfadando.

Y así todo, queridas mías. Que si me voy a poner un bikini jiji jaja para ir a la boda, que yo de mamarracho no voy, que tenías que haber hecho dos invitaciones, una por boda, que hay que poner los apellidos de la persona invitada, que ahora nos anulan dos pero meto a otros dos (como si esto fuera un partido de fútbol, hoygan), que si ahora mete a fulanita en el grupo porque viene a las dos (¿no se le ha ocurrido decírmelo a mí directamente?)...


En fin, que parece que la opinología está que arde con las cosas de los demás. Lo flipo muy fuerte. Menos mal que todo está asentado, más o menos, y que no ha habido demasiados enfados. Incluso unos amigos nos han dicho que no irán porque no les gusta la regla de 'niños no' en la boda-de-aquí, pero lo han dicho de buenas maneras, que conste.

Va a ser una risa cuando toque ir recogiendo confirmaciones. Una risa. De la de coger el hacha anti incendios y liarse contra las paredes.


Hemos hecho la prueba de menú del sitio-de-allí y todo estaba delicioso (y abundante... mi estómago lo agradeció). Mamma mía, qué hartada de comer cosas ricas. Para la de aquí ya tenemos fecha y hora, y ¡oh, campos de soledad, mustios collados!, sólo incluye a dos personas.


Es una de las absurdeces del sitio-de-aquí que no comprendo... lo de las sillas, lo de la prueba sólo para dos, no dejan tirar NADA que no sean pétalos, creo que las minutas también son cerradas... y esperemos que al menos nos dejen probar varios platos de cada cosa, porque estaría bueno que sólo nos dejasen probar uno de cada. Así que bueno, pagaremos el 'pequeño suplemento' que nos comentan que cuesta llevar a más personas (al menos mis padres, señores, que vienen de Zillaland para eso) e intentaremos poner buena cara.
Que, digo yo, la prueba de menú ha sido siempre en plan "sacan dos platos de cada cosa y la gente prueba del centro"... ¿qué leñes se pensarán aquí que es la prueba de menú, dos-tres menús completos por persona? En Zillaland pudimos probar tres variedades de cada cosa, ¿qué nos ofrecerán aquí? Preguntando a más nativos de Zillaville, a todos les ha sonado raro el tema.

Han sido tres los intentos de ver decoraciones de la empresa que se encargará de la nuestra en la boda-de-aquí. A la tercera fue la vencida... pero cuando llegamos, ni siquiera habían empezado a decorar. Al menos pudimos hacer unas fotitos de las sillas y un poco del esqueleto de lo que estaban montando. Haremos alguna visita al sitio de decoración para apurar detalles (y hablar del ramo. Hellyeah).
Seriously? Por lo menos pudimos hablar con el encargado de eventos de la finca, que no nos ha cogido el teléfono en meses. En meses. Luego para que nos suelte esas mamarracheces... en fin.

Tenemos ideas, tenemos algunas cosas incluso hechas. Pero esto parece el desierto de Almería. Los matojos ruedan que es una gloria. Al menos Groomzilla está on fayar con las decoraciones de las mesas, y yo estoy con algunas cosillas menores, que también darán su toquecito. Ya nos hemos resignado a que el magicómetro no se nos dispare, y a que la magia realmente la pondrá el propio motivo del evento: celebrar nuestros matrimonios y compartirlos con los amigos y familia asistentes.

Todo será maravillooooooooooooso
Menos mal que lo demás va marchando. El traje de la menda estará listo en la próxima visita, aunque aún me faltan partes de la armadura nupcial. Groomzilla se fue a tomar medidas anteayer para la camisa, porque lo demás va viento en popa. Momzilla y Dadzilla vienen en una semanica a probar el menú, bañarse en el mar (y, seguramente, llevarme con ellos. Pobrecillos, que vienen a hacerme compañía desde tan lejos...), relajarse paseando un poco y ayudarme con los preparativos.

Menos mal que los amigos me ayudan al relax, desde lejos, y aunque los alojamientos-de-allá nos estén dando malas sorpresas...

¡Hasta la próxima, sáuridas mías!

lunes, 27 de junio de 2016

Recortando flecos

Nueva entrada de vuestro blog favorito. Que sí, que sé que es vuestro blog favorito, ¡no disimuléis!


¿De qué os tiene que hablar en este post la adorada Bridezilla de vuestras entretelas? Pues como el título bien indica, de flecos. Pero no del traje de faralaes, señoras, sino de esos pequeños detalles de los que, incluso la bride más zilla, terminamos olvidándonos y nos llegan de improviso a última hora, nos pillan con las bragas en la mano y el pelo a medio secar.

FLECO: PARTY HARD

No sólo de DJ vive el hombre. Normalmente a los novios (cuando los amigos no se animan a tocar algo en la ceremonia, o el baile, o entre medias...) les toca la ardua tarea de seleccionar alguna canción para el baile. Los DJ suelen ser profesionales que saben cuándo los bailes tienen que animarse, o que relajarse un poco, o los propios invitados piden canciones que les gustan. Pero como comenté en este post, hay ciertos NOPES que deberán acatar nuestros diyeis. Del mismo modo que hay nopes, también hay enormes sipis que tenemos que dejarles claro a los pinchadiscos.


Sí, amigas, eso incluye una buena ración de PUTURRÚNS de nuestra Diosa Raffaela.
Y no sólo es eso... ¿con qué canción entrará el novio? ¿Y la novia? ¿Habrá música durante las lecturas? ¿Y en la salida de los novios? ¿Sonará algo especial durante el cóctel? ¿La canción de entrada de los novios al banquete? ¿Habrá tema especial para la entrada de la tarta? ¿Y el primer baile?

Y todo eso, por supuesto, multiplicado por dos... ¿y se escogerán los mismos temas en ambas bodas?

La repanocha. Al final Raffaela es lo único que parece seguro, con lo demás aún nos estamos devanando los sesos... ¿serán adecuados los músicos para esos momentos, sabrán adaptarse a nuestros deseos? ¿La primera canción del baile será en directo o enlatada? Preguntas, preguntas, flecos, flecos...

FLECO: JAPONÉS EN TEMPURA, ITADAKIMASU!

Es sabido que a los sáuridos una de las cosas que más nos gusta es comer. Y necesitamos comer mucho y muy bueno, que las lorzas escamosas son difíciles de mantener, nuestra línea curva precisa de una buena base calórica para aguantar el frío del mar del Japón.

Son dos los menús que hay que decidir. Y ambos ligeramente diferentes: mientras en la boda-de-aquí sólo se toma un principal, en las frías estepas de la boda-de-allí estas celebraciones tienen que aderezarse con dos principales, como mandan los cánones y solicita el estómago.

Que no por nada estamos en lo más alto de la pirámide alimenticia...
Aparte del banquete, habrá un cóctel previo (lo que los hijos de la Gran llaman reception), con más comida y bebida, que sí, que son pinchitos y todo lo que quieras, pero muchas veces acabas hasta harto y cuando suena la fanfarria piensas madre mía, y ahora a cenar... voy a golpearme el estómago a ver si hago sitio.

Pues estos menús, tanto los aperitivos como el banquete en sí, deben también pasar un cásting previo. En la boda-de-aquí, como son tan de-aquí, sólo los novios están invitados por cortesía a probar el menú. En la de-allí, se incluye a cuatro personas más (que suelen ser los suegros respectivos) a catar la manduca. Y eso, además, conlleva elegir un día en que todos puedan asistir, que el restaurante lo sepa con antelación, que ni Groomzilla ni Bridezilla tengan que currar... etcétera, etcétera.

Vale que los sitios los tenemos reservados, con fianzas pagadas, el coste aproximado calculado y el presupuesto más o menos ajustado, pero después te las tienes que ver con los menús. Porque alergias y apetencias aparte, y el Groomzilla más picajoso con la comida que jamás haya existido, luego hay que contar con las de tus cientoypico invitados, la abuela con el ácido úrico alto, los menús de los niños cuando los hay, la Siszilla que no come animales que aún estén mamando o el novio jipi de tu prima que quizá se ponga a gritarle a la gente porque es vegano...

Y a todo esto le añadimos que los amigos que nos han contado sus experiencias nos dicen que al final los novios casi no comen de nada, entre los nervios, ir por las mesas, el calor, las fotos durante el cóctel, etecé etecé. Bueno, y las alergias, las intolerancias, los comeflores... pero de eso se ocuparán los restaurantes y Letizilla :)

¿Y si les hago unos macarrones con tokiota a todos y Santas Pascuas?
FLECAZO: EL VIAJE DE NOVIOS

Vamos con la madre de todos los flecos, el flecazo más gordo, el viaje de novios. Aún no nos hemos decidido, porque queremos ir a todos los lados. O a ninguno. Es que es un maldito lío.
Me niego a hacer lo que hace todo el mundo de irse a un resort a remojarme en mares tropicales. No porque sea malo, amoaé, pero esta sáurida sólo ha salido dos veces de Japón en su vida y oye, que me siento como si malgastase el viaje si no veo cosas interesantes como monumentos, otras culturas (pero las de verdad, no las que bailan en los hoteles) o escucho otras lenguas que no sean el castellasáurido, el catalasáurido, el inglés o el alemán. Jroñas.

Así que en esas estamos, entre el "¿quince horas de avión?", el "Aquí hace mucho frío en esas fechas (Groomzilla dixit)", el "este sitio es inseguro", el "esto está como demasiado cerca, ¿no?" y el tiempo pasa, y pasa, y la sáurida pierde las escamas mientras Groomzilla hace como que no se entera y sigue jugando a la XBox.

El matrimonio, ese gran videojuego
FLECO: FITTING IS SHITTING

No. Aún no me he probado el traje de novia. A menos de cuatro meses de la boda. Y la última vez que intenté pedir un día a mis compañeros todo fue como que NO, y NO... y por si acaso, NO.

Estoy ATACÁ CON ESTE TEMA.

Y si no me pueden arreglar el bajo y no puedo andar... bueno... seamos creativos

FLECO: NOCHE DE PAZ, NOCHE DE AMOR

No tenemos sitio para la noche-de-bodas-de-aquí. Groomzilla sigue jugando a la Xbox. Me veo pasando la noche de bodas en casa, o en mi lugar de trabajo, que me da MUCHA COSUCA, todo hay que decirlo. Aunque voy a pagar el alojamiento, pensar que mis compañeros trabajarán para mí me da muchísimo reparo.

FLECO NINJA: LA SGAE Y EL DIYEI

LetiZilla nos ha dicho que la SGAE nos cobra un euro por asistente. Tócate los pies. Y que El sitio-de-allí nos cobra una penalización... sí, habéis leído bien, una penalización, por no contratar SU DJ.

Lo voy a ir dejando porque me pongo atómica y no es plan. Pero... ¡hay más flecos! Las invitaciones llevan en imprenta DOS SEMANAS, las decoraciones van DESPACIO, hay aún accesorios SIN COMPRAR O HACER, y encima NO HAY TIEMPO...

BRIDEZILLA AWAKENS


Hasta la próxima, queridas sáuridas.

domingo, 5 de junio de 2016

Everything is going to be fine in the end. If it's not fine it's not the end.

Título-cita del gran sáurido Oscar Wilde para empezar. Para empezar por todo lo alto.

Si no sabéis quién es Oscar Wilde, o queréis saber más sobre él, este es EL ENLACE.


DA MAN

Porque todo, amigas mías, está yendo viento en popa. Todo está saliendo, de momento, a pedir de Millhouse. Tan, pero tan bien, que parece mentirijillas.

El reverso oscuro del asunto es que estamos considerando muy seriamente irnos a vivir debajo de un puente y alimentarnos a base de fruta robada de los huertos. Madre mía, cómo adelgaza el banco... Menos mal que es para una buena causa.




De todas formas, hemos contratado y hecho cosas maravillosas a un precio muy competitivo. Siempre honestos con nuestros proveedores, y yendo por lo legal, lo claro y lo hecho a mano, hemos conseguido que la inmensa mayoría de nuestro dinero se quede en negocios locales y artesanales, con lo que la felicidad será doble. 

Además, nos consta que todos nuestros proveedores, ayudantes y demás participantes están genuinamente ENTUSIASMADOS por celebrar nuestras bodas. Y eso eleva mucho el ánimo.
Cuando hicimos el último skype con la florista de-allí y le dijimos lo muchérrimo que nos gustaban sus propuestas, se quedó callada y ambas, nuestra WP y ella, soltaron un suspiro de alivio al unísono... ¿por qué? os preguntaréis, si no nos comemos a nadie. Bueno, no antes de que trabajen para nosotros, por supuesto. Pues porque dicen que estaban todas nerviosas con una boda tan especial y que nunca han hecho nada igual, que están muy ilusionadas por nuestra boda y temían no haber dado en el blanco.
Pobretas, pero si a mí hasta me temblaban las rodillas de emoción.


Ya tenemos música para ambas bodas. Estamos a punto de cerrar el dj de ambas. Tenemos flores y decoración para ambas, fotógrafos para ambas, ramos para ambas, Groomzilla irá esta semana a la caza del traje, hemos conseguido sillas para la boda-de-aquí a un precio estupendástico (de hecho, con un poco más de tirayafloja hemos conseguido casi el doble de sillas que nos ofrecían al principio al mismo precio... OH YEAH), las invitaciones están maquetadas y listas para imprenta, los asistentes van encontrando acomodo...

Y mi vestido me está esperando para la primera prueba.

Party hard
Entonces, diréis, queridas sáuridas mías... Bridezilla estará calmada y feliz cual pterodáctilo sobre montaña rocosa.

Nada más lejos de la realidad.

Si algo puede salir mal... bueno, ya sabéis el resto

Aún hay cosas importantes pendientes, como el oficiante-de-aquí, enviar las invitaciones, probar los menús, los arreglos del vestido, el resto de mi ropa... pruebas de peinado y maquillaje, los detalles, la noche-de-bodas-de-aquí, confirmar los invitados, las tarjetas y cartas para adjuntar a las invitaciones... vamos, que me vuelvo loca aquí y ahora. Encima siguen los roces entre invitados, roces absurdos y que se olvidan de lo que estamos organizando, que es una pura y simple ce-le-bra-ción.

No por nada una es Bridezilla, queridas. Si fuera una florecilla delicada del campo no podría merecerme el glorioso nombre de la destructora de ciudades y puentes.



El otro día, mientras hablábamos con la empresa de eventos de la boda-de-aquí y le dijimos a la jefa que hacíamos dos bodas, la pobre mujer se llevó las manos a la cabeza. No es la primera, pero al menos ella fue educada.
Groomzilla abrió su corazoncito reptiliano y le dijo lo que ambos pensamos sobre el tema. Y parece que algunas personas aún no lo pillan, por mucho que lo digamos una y otra vez.

Cuando tienes el culo pelao de currar, de esforzarte, de estudiar, de ahorrar, de hacerle honor a tu puesto como te enseñaron tus abuelos y tus padres, juntas un dinerico y le das el valor que tiene: esfuerzo, sudor, lágrimas, horas y horas de aprendizaje y labor, no siempre grata, no siempre agradecida. Con ese dinero puedes hacer varias cosas, y una de ellas es, completa y absolutamente, lo que te da la real gana. Cuesta mucho, pero mucho, ganarlo honradamente, lo saben tus nudillos, tus piernas y tu cerebro.

Si encima la vida te da un revés gordo; alguien a quien amas profundamente desaparece de repente; ves a personas queridas enfermar, sufrir y morir; confirmas que por mucho dinero que se tenga todos estamos expuestos a la desaparición, la devastación, la enfermedad, el accidente... cuando dejas de ver a tu familia en bodas y bautizos para dar paso a los encuentros casuales en los tanatorios y cementerios, es entonces cuando te miras a los ojos en el espejo, vuelves la mirada a tu pareja y te atreves a dar un paso valiente y te tragas el vértigo.

Y si además tus seres queridos tienen niños pequeños, o pocos recursos, o no tienen trabajo, o están enfermos y no pueden moverse, y la tierra te tira, y no quieres que NADIE te falte en un momento tan hermoso, es entonces cuando coges el calendario y dices NO, no quiero que todos vengan a mi boda: QUIERO LLEVARLES MI BODA A SU CASA. Voy a hacer dos bodas, y como si tuvieran que ser tres, LO QUE ME IMPORTA ES QUE ESTÉN TODOS. No quiero obligar a nadie a cogerse un vuelo, un hotel, a comer en restaurantes, a meter un bebé en un avión u obligarlo a cojear hasta la puerta de embarque. Como si la cuenta se me queda en cero, que seguramente se nos quede, queremos que estén todos, ver sus rostros, compartir sus abrazos, y hacerlos partícipes de un día maravilloso. Ya vendrán las tormentas para dejarnos temblando, de momento, disfrutemos de la aurora boreal.

Cuando alguien no entiende eso, esa persona no es digna de mi amistad ni de mi amor. Y punto pelota. A pastar.

El amor es el único lenguaje que todas las especies entendemos

No pienso sentirme mal por hacer dos bodas. El mundo está demasiado acostumbrado a ser testigo de celebraciones que opinan se hacen por interés económico (desgraciadamente). No quiero tener que defender el motivo por el que nos vamos a casar (que también ha sido puesto en duda, más de ocho años de relación más tarde), porque es algo que los dos hacemos con sinceridad y con ganas, y del modo en que nos apetece y con nuestro propio dinero, esperando sólo que los asistentes se emocionen, compartan con nosotros un día tan especial, y se diviertan con hora extra incluida.

Estaremos encantados de ser maestros de ceremonia en tan alegres reuniones familiares y de amigos.

¡Que empiece la fiesta!

viernes, 13 de mayo de 2016

Pose like a model, roar like a dinosaur

¿Cómo os traspasáis, escamosas compañeras? Por aquí como siempre, con tribulaciones, rugidos y mucho curre. Me encanta que esperéis mis entradas como agua de mayo.



Vengo con una entrada un poco miscelánea, pero de las que siempre hago. De hacer las cosas a mi manera, sin presiones y con muchas ganas, poco fuelle y normalmente medio a ciegas. Que nadie nace enseñado, queridas, y mucho menos para el incipiente matrimonio. Que se supone que es una vez y como que para forever, así que se supone que no lo hemos hecho nunca antes.


No, querida Liz, esta última observación no va para ti. Tú eras una jefa en esto.
Ya comenté en una entrada anterior que había cosas a las que no me había apuntado. Como por ejemplo a tirar el ramo, o a tener damas de honor... o a obligar a mis amigas a vestir del color que yo quiera. Amos anda. Pero hay otras que sí me gustaban y a las que Groomzilla y yo nos hemos adherido con entusiasmo.

Una de ellas es las fotos preboda.

Porque, amigos, si no basta con que los fotógrafos te persigan por la ceremonia y el banquete, también existen sesiones de fotos de post y preboda. Son esas sesiones que se hacen, como su nombre indica, antes y después del bodorrio. Tranquilos, no haremos dos prebodas y dos postbodas, jejejeje.

La postboda es quizá la que más novios eligen hoy en día. En lugar de dejar solos a los invitados en el cocktail e irse a hacer fotos en fin de semana a lugares que suelen estar atestados de gente que se mete por enmedio, las típicas fotos bonicas-bonicas al lado del monumento de turno se hacen ahora unos días después. Peinadicos, maquilladicos, fuera de las horas punta y sin problemas de que el vestido de novia se pueda arrastrar por el pavimento... hay incluso sáuridas que deciden cometer locuras con el vestido, qué leches, meterse en el mar o sentarse en la hierba. Estas sesiones se conocen como trash the dress.


ON FAYAR
ON DE WOTAH
ON DE DERT
ON DE ROUD
ON DE... bueno, lo pilláis, ¿no?
Las fotos de preboda son más bien un recuerdo bonico de antes de casarte. Sobre todo si, como en mi caso, tu chico es alérgico a hacerse fotos o tan despistado que nunca se acuerda de ponerse contigo en las fotos... o que sale siempre en las fotos porque SIEMPRE las haces tú. En serio. Ya tenía ganas de estar delante del objetivo.

Así que esta sáurida se fue a la escamería, donde le adecentaron la piel y los cabellos, y por la tarde decidimos que iríamos vestidos como vamos siempre. Vamos, que nada de posar y hacer el monkler. Incluso llevamos una bolsa con cosillas para amenizar el shooting: un libro, figuritas frikis, un farolillo para encender en el mar, etecé etecé.

No se me ocurrió llevarme un peine o un espejo de mano. Soy tan inteligente que a veces hasta me doy miedo... así que, realmente, no sé cómo resultarán las fotos. Pero serán un buen material para tener en casa y para adornar la web de la boda.
Nos lo pasamos muy bien con el señor de los daguerrotipos, aunque la parte del mar no salió demasiado bien... sí, cogimos una barca y nos fuimos a hacer el idiota mar adentro. Pero el mar, rencoroso él de lo abandonado que le tengo, se picó nada más abandonar la bahía. Hubo ratos en los que me dieron ganas de bajarme y volver andando a la orilla.


A pastar
Además hacía viento, y cuando pararon la barca me mareé como un mogollonaco, pero al entrar en la bahía todo se fue arreglando. Tranquilas, no nos hicimos una foto en plan Titanic. Blerghs.


Yeah bruthah
Las fiestas de Zillaville han sido en este impás, así que supongo que pronto nos llegarán las fotos... o podría echar un rayete desde mi casa, que creo que alcanzo el estudio fotográfico desde aquí si me subo a la azotea.


Mándame ya las fotos, Pere Joaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan
¿Os acordáis de las sillas a seis euros? Hemos encontrado una empresa de eventos para alquilarlas más baratico, y que además nos ofrece otras cosas para la ceremonia. Como es una floristería, quizá hagamos un megapack con ellos para que nos pongan la alfombra en el jardín, la mesa de ceremonia, los centros del banquete y alguna cosilla más. Tienen una cantidad obscena de objetos de decoración, mesas, sillas, luces, carteles, pizarras, carritos, etecé etecé. Que eso es un diógenes limpio del wedding planning, señores. Todo bien.

Que el tema de las flores es otro marrón épico. Hay personas que no las consideran como decoración para sus celebraciones, ya sea por motivos biológicos (genitales WTF?) o por motivos ecológicos (una decoración que se irá a la basura, you bastards). Hay empresas de eventos que están sustituyendo cada vez más los centros de flores por otros objetos más perennes, como figuras de cristal, flores artificiales (cutrez o WHA?), flores de papel (que las hay la mar de pintonas) u otros objetillos. 

Y siempre está la típica lista que te suelta 'pues yo no voy a poner flores'. OK cielito, pero es que esta no es tu boda. No quieras casarte en todas. En la tuya haz lo que te salga del nardo florido, pero en la mía haré lo que quiera yo. Jroñas.
Nosotros no sólo vamos a poner flores... pero eso ya lo veréis en su debido momento.




Seguimos con los presupuestos hinchados por boda, en este caso, como no iba a ser de otro modo, con la boda en Zillaland. Por compensar, y eso. No es lícito que una boda se lleve su ración de encarecimiento, y la otra no. Eso de poner de los nervios por un lado y no por el otro termina dando tortícolis, mejor que duela all around.


Encontrar por mediación de Siszilla un dúo de músicos muy majete. Violín y guitarra. Conocidos en su casa, sobre todo a la hora de comer. Tocan en bares y en eventos chiquitos de restaurante. Hablar con ellos, chachi pistachi. Ganazas además porque su fiddle suena de coña, y porque están empezando, y porque queremos que les conozca más gente aparte de sus madres a la hora de pedir la vuelta de la compra. Hemos optado siempre que hemos podido por proveedores locales para todo-todito, queremos que la pasta quede en casa, y si es gente que además está empezando o sectores que necesitan un portfolio, aun a pesar de ser profesionales, para allá que vamos.

En flins, les envío un mensaje toda ilusionada y les digo que se pongan en contacto con nuestra WP. Suben un par de vídeos al facebook, hechos en bares o en el salón de su casa, que suenan de coña de bien. En plan Jam Session, violín, guitarrica y al lío. Me dicen que uno de ellos está estudiando para técnico de sonido, y que por eso va a salir más barato, que no hay que alquilar equipo ni un técnico para mesa de mezclas.

Me mandan el presupuesto. El precio por la música es razonable, más o menos lo que me esperaba. Espera, ¿qué son esos cargos?
Cargo por uso de furgoneta + cargo por gasolina (12 km = 50€)

Cargo por ir a montar el día anterior y a probar el equipo de sonido.
Cargo por un segundo equipo, porque claro, a lo mejor dentro de una pérgola acristalada cerrada y con los invitados sentados no se oye bien un violín y una guitarra.
Cargo por la segunda mesa de mezclas.
Cargo por alquilar dos atriles con tablet para las partituras, dos micros, por probar los micros, por los pies de micro, por soporte para la mesa de mezclas.
Cargo por desmontaje.

En total, más de mil euros.





Cinco meses de los bodones y esto hace aguas por las junturas. Cuando no es una, es la otra. Ganicas que me dan de plantar un Ipod con un altavoz y A PASTAR... si no fuera porque me apetece un montón que haya algo de música en vivo, sobre todo en la ceremonia.

Por lo demás, me lo estoy pasando teta en el grupo de Facebook que he creado para la boda de Zillaland. Le he dicho a Groomzilla que haga otro para la boda de Zillaville (la mayoría de invitados los tiene él en su FB, y además me parece que lo de la web de la boda va a quedar en agua de borrajas al final... le conozco, bacalao) pero como es tan culovago no hay manera de que se ponga al lío.

Habrá que hacerse una coraza bien fuerte contra imprevistos.


¿Capasao?
¡Ah! Y mi querida BFF ya está maquetando las invitaciones HELLYEAH.

Hasta la próxima, queridas sáuridas.

sábado, 9 de abril de 2016

Una piedra en el camino - me enseñó que mi destino - era rodar y rodar...

RODAAAAR Y RODAAAAR
RODAAAAR Y RODAAAAR...




¿Qué tal, mis escamosas lectoras? Aquí Bridezilla con noticias calientes cual bosta de vacuno.

Hoy vamos a hablar no sólo de mí, sino de todo lo que suele rodear la organización de una boda y que nos trae a las pobrecitas sáuridas de cabeza. Cosas que una lee, cosas que una experimenta y cosas que una a veces no se termina de creer hasta que le suceden.

Let's go, babies.

La insoportable levedad de los compromisos

Los foros de novias están llenos a rebosar de comentarios del pelo de 'Estoy organizando la boda sola, ¿cómo le digo a mi novio que tiene que colaborar?


Shiny happy monsters
No vamos a mentir y a decir que no nos ha pasado nunca, amigas. En el rincón más recóndito de vuestra alma reptiliana, debajo de vuestra preciosa musculatura, detrás de esos afilados dientes y esas inclementes garras, todas las Bridezillas alguna vez sentimos que nuestro Groomzilla pasa siete Tokios de la organización del bodorrio.

Muchas veces no es así, aunque algunas es posible que se haya tragado la historieta de que 'ellas solas se apañan'. Ese estereotipo, que se remonta al Pleistoceno Anterior, está más trasnochado que los bikinis de piel de estegosaurio, y deberíamos trabajar más en desterrarlo.
Los foros, como comentábamos, están llenitos por todos los lados de Bridezillas llorosas y temblorosas porque se les echa encima todo y no pueden más. Una solución, quiero. Porque las bodas no son sólo 'Tengo templo, tengo restaurante. Au i dó!'. No, amiguitos... en una boda normalita si la quieres organizar al modo 'tradicional' hay que pensar en fotos, regalos, trajes, zapatos, música de ceremonia, flores, cóctel, dj, necesidades especiales de los invitados, alojamiento, noche de bodas, los críos de los asistentes, la madre que parió a los contrayentes...

Todo tiene la importancia que se le quiera dar, es cierto. Pero una vez que se toma una decisión sobre cómo queremos nuestra boda hay que ser una piña. Sea sólo que se va a firmar al juzgado y luego de comida con la familia, sea una boda gitana de tres días. Siempre hay tiempo para echarse atrás en las decisiones más caprichosas (siempre y cuando no hayamos pagado ya una fianza), pero eso no quiere decir que se abandonen los planes al mínimo escollo.

Y NO, no vale con que nuestro primo nos busque el florista y que haga lo que quiera. Contratar un servicio es un tema serio, y si queremos que todo salga a pedir de Millhouse, necesita un seguimiento. Y dos no se casan si los dos no colaboran (o, al menos, debería ser así).

Complemento por respirar

Ya me habían hablado de que en cuanto aparece la palabra boda todo se dispara. Pero esto ha sido de traca.

En el sitio-de-aquí fuimos a preguntar por el coste de la ceremonia, ya que como os conté el lugar inicial nos había fallado. Cuál no sería mi sorpresa cuando nos dijeron que el coste de la ceremonia era cero, es decir...



Albricias, amiguitas. Con contratar el banquete, la ceremonia es gratis. Podemos hacer uso de los espacios a cielo abierto o del salón del baile a nuestro antojo. Además nos dejan libertad para poder decorarlo a nuestro gusto, y nos dieron el truqui de que lo decoráramos nosotros mismos para que nos saliera más barato. Podemos ir a visitarlos las veces que haga falta para tomar medidas, probar decoraciones y demás. El uso de electricidad para los músicos también es gratis. Lo único que tendríamos que pagar es el alquiler y montaje de las sillas para los invitados. Que el precio está en el folleto que nos entregaron.

Contentos, felices y rozagantes, Groomzilla y yo nos volvimos para Zillaville con el ánimo por los cielos. Como Groomzilla es quien guardaba la documentación del sitio-de-aquí, fue quien quedó pendiente de mirar el precio y calcular las sillas.

Al día siguiente me comentó los honorarios de las sillas.

Seis euros.
Por silla.



Seis eurazos por silla, ¡madre Santa de la escama humeante! ¡Menudo atraco a garra armada! Claro, con razón la ceremonia es gratis... ¡Nos ha jod*** mayo por haber llovido pronto!

¿Y ahora? ¿Alquilamos 500 eurazos de sillas para que se siente al menos la mitad de la concurrencia? Porque hay ancianos y personas minusválidas, sabusté... ¿aportarán también las sillas de los novios, o tampoco? ¿Hacemos una bodapicnic con la gente sentada en el suelo en mantas? ¿Obligamos a nuestros invitados a tragarse cuarenta minutos de ceremonia de pie como soldaditos? ¡No hay vergüenssssa!

Por seis euros las sillas darán masajes en las posaderas, harán la declaración de la renta y  limpiarán los desagües de las duchas a domicilio. Por lo menos, ¿no?
You have no right

Otra de las cosas de las que te advierten cuando organizas un evento de estos es que seguro-seguro-palabrita del Yisus Godzilla te vas a pelear con algún familiar, alguna amiga o algún conocido. Segurito segurito.

Y es que las susceptibilidades están a la que salta cuando de ser protagonista se trata. Además de que nunca vas a agradar a todo el mundo, habrá quien se ofenda por el sitio que has elegido, por la comida, por la hora del día o porque a él en concreto no le contaste que el primer baile sería La cucaracha, con lo que le gusta a él La cucaracha y la coreografía tan güena que se habría montado para La cucaracha.

Wedding spoilers everywhere
Creía que lo tenía todo controlado, que además estaba condicionando ciertos aspectos de la boda para que la gente estuviese siempre contenta y se mantuviese sorprendida y cómoda, pero ah, no, sáuridas mías, no se puede tener todo controlado y a la mínima salta la salamandra, con cosas que consideras nimiedades pero de repente resultan más importantes que la cura de la leishmania o el final de The Walking Dead. Que a vosotras no sé, pero a mí me parece importantísimo.

Y aún nos quedan más de seis meses... santa medusa. Queridas amigas de las novias, aunque tengamos muchas ganas de ayudar, mucho ánimo y muchas ideas y muchas ganas de decirle a la concurrencia con pecho henchido de pavo real 'estos floripindios que cuelgan fueron idea mía, los he hecho yo y para demostrarlo te enseño el callo', aunque todo eso nos queráis ofrecer, digo, no es vuestra boda. Se siente. Y como no es vuestra boda, no debéis imponerle a la novia que cuente con vosotros para decorar, leer en la ceremonia o que os cuente todos los secretos de la celebración.

No. Las novias montamos nuestras bodas como nos sale del shirli. Y contamos con quien queremos. Y si no contamos con vosotras, lagartitas mías, no tiene forzosamente que significar nada malo. Seguramente lo que queremos es mantener el control sobre nuestra propia boda (qué idea más loca, ¿verdad?) y procurar que os sorprendáis, divirtáis y asombréis como si fuera la primera vez que venís a nuestra boda... Qué casualidad, será la primera vez que vengáis. Jatetú.

Fácil, ¿verdad? Somos las novias y, lo siento, por ello decidimos y somos las protagonistas. Siempre estáis a tiempo de casaros. O de casaros otra vez. Vamos, que yo me apunto al banquete sin dudarlo.

Cersei no se leyó el párrafo anterior
Con esto y un japonés empanado en tempura, nos vemos en la próxima entrega.

PS: Ya tengo los zapatos. Y son *squeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee*

lunes, 7 de marzo de 2016

Little Wheel Spin and Spin

¡Buenos días, mis escamosas amigas!

Bridezilla está de vuelta, con unos pocos gramos de órganos menos, pero como siempre con ganas de guerra.

Lo primero es lo primero... ¡Ya tengo vestido, madafackas!


Bitch, I'm fabulous
Obviamente no os voy a contar nada, pero estoy espléndida con él... bueno, lo estaré cuando lo reciba. Con el de muestra, a pesar de ser más grande que mi talla y que lo sujetan de aquella manera, lo estoy, así que ya soy oficialmente una novia con EL vestido.

Volví a una de las tiendas a probarme de nuevo e incluso había más modelos recién llegados. Pero ya me he decidido y, aproximadamente en abril, mi vestido estará en la tienda para probarme otra vez y comenzar con los arreglos.

Tenemos las fincas contratadas y todo está marchando a ritmo constante. Tenemos incluso contratado al fotógrafo-de-aquí, que nos tendría que hacer la preboda un día de estos. Al principio pensamos que lo mejor sería que la preboda nos la hiciera en la finca-de-aquí, ya que no queremos fotos en el banquete ni el baile, pero ha surgido un contratiempo.

El lugar de la ceremonia-de-aquí no está disponible para la fecha de nuestra boda.





Son muchos meses de antelación de lo que estamos hablando... pero ya sospechábamos que algo así podía pasar, porque en esa época se lleva a cabo un festival de música clásica en el sitio-de-aquí. Precisamente estarán montando (y afinando el piano).

Así que hemos decidido mover la ceremonia a otro lugar. Ya tenemos un par de candidatos. Y, mirándolo por el lado positivo... ¡ya no tendremos que preocuparnos de aquella estatua infame!

Con el fotógrafo, como hemos dejado pasar el tiempo, se ha ido el inusual sol del invierno y ahora tenemos nubes. La sesión preboda tendrá que esperar a la primavera, y seguramente la hagamos entonces en algún lugar del pueblito, o en algún paraje guapo que no sea el lugar del banquete. Tenemos un par de cosas en mente, todo es ponerse.

De repente todo se nos echa encima: flores, música, banquete, invitaciones... quedan aún muchos meses, pero son cosas en las que hay que pensar, y hay que hacerlo YA. No ayuda que Groomzilla sea el hombre de las muchas ideas y la poca acción, porque se entusiasma con mucha facilidad, pero al final pocas de esas ideas llegan a realizarse. Y eso, querido, puede hacerse en un evento informal, pero no en la ZILLAWEDDING.
Se agradece la ilusión, y esperamos los dos actuar con los pies bien puestos en el suelo.


Y podemos poner unas carátulas diseñadas por nosotros mismos, y llevar muebles, y guirnaldas, y una banda de viento metal que toque levitando sobre el cenador con alas hechas de orquídea blanca...
Mientras tanto, a seguir empapándose de fotos, ideas, y a intentar que el poco tiempo libre que me deja el trabajo sea invertido sabiamente en los deberes profesionales, tareas domésticas, relaciones de amistad y, si queda, algo de planning para las bodas.

Nuestra wedding planner está requeteembarazada y además delicada de salud, con lo que los preparativos para la boda-de-allí se ralentizan un poco. Ya tenemos florista, aunque tiene que visitar la finca y mandarnos presupuesto y propuestas. Fue muy curiosa la entrevista con ella (por Skype, por supuesto), ya que a los novios les hace un cuestionario para tener unas directrices sobre las que comenzar a trabajar.
Nos preguntó cosas como las flores que no nos gustan, colores que nos gusten, si vamos a usar boutonnieres, si queremos flores para el coche, modelo del coche, si queremos flores para los sitios donde nos hagan fotos... Groomzilla se quedó un poco picueto con estas preguntas, porque son de esas cosas que mucha gente no se ha planteado nunca en la vida.



Les dije que rosas no... la madre que me...
Sí, tenemos florista... pero no tenemos fotógrafo allí. Hemos tirado la caña ¡pero están ocupados! Nos habían entusiasmado las fotos de la web, y LetiZilla ya había hablado con ellos (los precios además venían con IVA, lo que es un punto a favor gordo), y en el momento de contactar con ellos resulta que ese día ya lo tienen cogido.
Esto, sumado a que hay ideas en el aire pero no se terminan de concretar, no hay manera de que saquemos la web de la boda, no todos los invitados saben que lo están (problemas logísticos de sáuridos pleistocenos que no tienen ordenador), que no encontramos momentos para sentarnos a hablar de ello, y falta de tiempo efectivo... pues a una servidora se le ponen las escamas de punta y se está empezando a desesperar un poco.


Yo quiero tener un millón de amigos, y a mano siempre un Kalashnikov
Es demasiado pronto para hacer algunas cosas, y quizá se está haciendo tarde para otras, que necesitan ser resueltas pronto. Además, hay alegrías compartidas entre personas queridas, bodas que se acercan o que ya están sucediendo y que parecen llenas de alegría, belleza, ilusión y diversión, y me parece extraño y estresante no estar ya con las zarpas en la masa. Puede que nos pille el pterodáctilo si no nos ponemos ya a derribar ciudades como es debido. Yo también quiero vivir un cuento de hadas.


¡Habrá que sacar músculo!
Hasta la próxima entrega, sáuridas mías. Que no os piquen las chinches.

Addenda: mirad qué llavero más chulo de Bridezilla me compré en Navidades. Lo uso para censurar a Groomzilla cuando me solivianta. Me encanta el soniquete. Le haré un velo en cuanto pueda.