jueves, 6 de agosto de 2015

Wedding planner y fincas: cambiando de escamas

Ay, sáuridas de mis entretelas...


Cuando la vida te da peras...
Tenemos alguna cosa más que contar aquí, en Zillaville. Groomzilla volvió de su viajecito más contento que unas pascuas, sólo para encontrarse a una Bridezilla agotada, harta de todo y de todos, y con ganas de que haga frío para enterrarse en un edredón con dos litros de helado sabor "japonés aterrado" y no salir hasta la primavera.
Pero es verano, así que lo más que puedo hacer es encender el aire acondicionado y arrastrarme hasta el sofá, intentando que Kittenzilla no me arranque las uñas de los pies a mordiscos.

Y es que ya no puedo más.


Ya lo decía Sáurido Sesto
En el tema bodil en concreto, he de decir que sigo empeñada en hacer el convite de Zillaland en un sitio así como pedestre, así como asilvestrao como los señores del anuncio de Fanta. Una finca nos vendría de perlas, pero aunque la wedding planner nos asegura que con el presupuesto que tenemos nos da de sobras, no termino de ver yo la cosa...

Pero nada, que la alternativa son restaurantes, y muchos no me molan un pelo. Además, al ser la boda en otoño lo bueno es que no habrá mosquitajos y demás bichuelos que suelen poblar las bodas primaverales.


Bodas y animalicos... ¿cuándo aprenderéis que no son compatibles, criaturas?
También es cierto que si hacemos la boda en una finca, a no ser que tenga un buen salón interior quizá nos pelemos un poco de frío en una carpa. Aseguran estar preparados, pero nunca estará de más facilitar unas manticas del Decathlon o algo.


Con este frío no tiene uno ni ganas de REDRUM
Hablando de wedding planner... la verdad es que aquí en Españistán no estamos demasiado acostumbrados al tema, y aún se ve como un pijerío contratar una. Siszilla y Momzilla se resisten, pero la verdad es que parece que los pros son mayores que los contras. Y de todos modos estarán implicadas en el proceso, porque serán mis ojos, mis manos y mi voz allí mientras yo no esté.
Y tampoco es que tuviéramos idea de cuánto cobra una wedding planner. Recibimos el presupuesto de la persona que más nos convencía de las que consultamos. Siempre pensamos que sería indecentemente caro. 


Groomzilla recibiendo el email
Después de derivar algunas de las tareas que la WP nos iba a realizar en un principio, ya que recibimos ofertas inesperadas y desinteresadas por parte de conocidos, ha recalculado el precio y parece que estamos cerca de un acuerdo.

Hemos hecho cuentas y nos arrojan cifras impresionantes. Aun limitando los presupuestos mucho. Dos bodas nos van a salir por un riñón y parte del otro. Menos mal que he leído que se puede vivir con un trocito de hígado, podemos vender el resto.

De todos modos, hay cosas que no puedes pre-calcular... ¿Cuál es el precio medio de un vestido de novia o un traje de novio? En las webs de este tipo de artículos NO los muestran... ¿es pecado, es tabú, o es que decir cuánto cuestan los va a hacer entrar en un proceso exprés de autodestrucción? Nunca le digas tu nombre a un dragón moribundo, o tu precio a un posible comprador, no sea que pueda meterte en su presupuesto y hacerse una idea aproximada de los gastos. Mejor meterle más nervios a las personas ya de por sí nerviosas.
Y lo mismo con algunos restaurantes, la mayoría de los fotógrafos, muchos pinchadiscos, gran parte de los floristas, peluqueros, maquilladores, reposteros...

Qué bonico es esto de las bodas, ¿verdad?



The only honest Price you'll find on the internet


Mientras tanto, de vez en cuando, te paseas por blogs de bodas o incluso esperas a las de tus amigas, que alguna habrá antes de la tuya, para saborear unos bits de anticipo antes del día B. Pides consejo, y sólo en ocasiones recibes algo de feedback. Te responden que no saben en qué ayudarte... hijas mías, pues en todas estas cuestiones, ¿cómo elaborásteis vuestros presupuestos? ¿cuánto os costó el fotógrafo, el vestido, el banquete, dónde encontrásteis los detalles, cuáles son los pasos y papeles para la boda civil?

Jroñas. Que os prometo por el Cristo de Hontariego que no se lo cuento a nadie.

Hasta la próxima, queridas sáuridas, me voy a recortarle los michelines a una lista de invitados que amenaza con fagocitarnos.