miércoles, 28 de octubre de 2015

¡¡VacaZillones!!

¿Qué tal va esa muda a las escamas de invierno, queridas sáuridas? Vuestra Bridezilla está floreciendo como una princesita hortera con el cambio de clima, ¡viva la niebla! ¡Viva el fresquete! ¡Arriba el otoño!

Mi estación favorita. Rima con moño.
Vuestra sáurida preferida está casicasiunpoquitounamiajaunculillouncurruscounpelín de vacaciones... me quedan dos días de curro y después seré libre como el sol naciente para rozagarme en la autoindulgencia y rascarme los pies, para ir en pijama todo el santo día, para ver películas a las cuatro de la madrugada o ponerme por fin a ordenar la biblioteca, o para correr por la playa riendo como una demente.

Y esto implica... ¡BODAPLANNING A CHOLÓN!

At last, my dear lizard king...
Comenzando por un viaje al Nido de Momzilla y Dadzilla, por supuesto. Ya tengo reservado el pterodáctilo para pasar una buena temporada por allí y aprovechar las vacaciones de mi queridísima Siszilla para hacer un bodaplanning intensivo. Bueno, también encontraremos ratos para descansar y hacer otros planes. Como ir a coger setitas que, como todos sabéis, es una cosa que nos gusta mucho a los lagartos de decenas de metros de alto. Sobre todo porque no huyen cuando nos acercamos a cogerlas, que mira, a veces cazar diminutos humanos que corretean da mucha pereza.

Aquí examinando un Boletus Areata para que no me den gato por liebre
Nuestra querida Wedding Planner nos ha mandado ya sitios chachis para visitar como posibles sedes de nuestro bodorrio-de-allí, y vamos a hacer una ronda de visiticas las Zillawomen para ver el percal. En el dossier que nos envió había propuestas muy chulas, incluyendo un sitio novísimo que es completamente customizable. La pena es que al ser la boda en otoño, si hacemos ahí el banquete se nos pela de frío la concurrencia. Pero la verdad es que algunas, que ya habíamos visto por internet (o en persona por estar en la ciudad) nos han sorprendido gratamente. Veremos si lo hacen en la visita, por el momento, nuestra querida WP está mirando precios y ambientaciones.

Gracias, LetiZilla
He empezado a recibir cotizaciones de hoteles-de-allí para mis queridos invitados de lejos, que hay un buen puñado, y ha habido de todo. Como profesional del sector, mis impresiones al recibirlas han ido desde la sonrisa franca hasta la incredulidad más extrema. En los mails iba mi propia firma profesional pero aun así algunas respuestas han sido... Santa Medusa...

Mención especial merece el hotelazo mejor situado de la ciudad que se publicita como hotel para congresos que, no satisfecho con no hacerme ningún tipo de cotización o código, me habla como si fuera lerda o ignorante diciéndome que los precios cambiaban según se acercaba la fecha, y que cuantas menos habitaciones quedasen más caro sería. Y remata el mail recomendándome que reserve por Booking.

Bueno... ya sé dónde no voy a ir ni loca
Y, por supuesto, llegó la hora del MERENGUE.

Porque todo el mundo sabe que NADIE debe hacer sombra a una novia
Hale, a pedir cita en las boutiques para probarme vestidos caros y preciosos (u horrorosos), que me darán el mayor golpe a la cuenta corriente de su historia. Voy convencida de que no me probaré MI vestido, porque con las tallas grandes hay que conformarse: habrá dos, tres vestidos que te puedas probar, y además hay que estar agradecida. Pero con probarme uno de cada corte (o, al menos, uno de unos cuantos cortes) me daré por satisfecha, ya que así tendré una base que me diga 'querida, el corte princesa te hace parecer una mesa camilla' o 'amor, el evasé te queda chuchurrío', o quizá 'con el bohème pareces una escoba'.

Con este seguro que puedo bailar la Conga de la Momia
Los pocos consejos que me han dado las que fueron novias incluyen que me vaya arregladilla a la prueba (en plan, maquíllate un poquito y no vayas con el pelo como una pordiosera, para tener una impresión más realista de cómo te sienta el vestido)... y ya. No tengo ni idea de si en los probadores tienen esas baticas tan monas de 'Say Yes to the Dress', y mucho menos si las tienen de mi talla, o si puedes bichear el inventario o todo va a dedo de la dependienta, y también tendrá lugar el primer round de la épica Batalla del Siglo, titulada "No, Momzilla, no quiero llevar taconazos en mi boda".

Por internet he encontrado, de todos modos, algunos interesantes consejos, y gente lo suficientemente valiente como para ejemplificarlos ellas mismas. Un gran hurra a estas mujeres, que saben que una novia en ciernes es una criatura bastante ignorante en estas lides. Aunque la forma de su cuerpo no es exactamente como la mía, me será útil.

Como podéis ver en esta foto de mis vacaciones en Roma, Bridezilla tiene figura en forma de pera-relojillo de arena sabrosón.
La historia en todo esto, queridas, es poder elegir. Una se pone el traje de matar japoneses todos los días, sale a rajar el asfalto como de costumbre y a ganarse los escombros, y ve a su alrededor multitud de sáuridas que están lejos de ser las de las fotos de los vestidos de novia. Muchas se aproximan, pero muchas no. Y esas sáuridas van a una tienda de novias no 'a probarse el vestido del escaparate' o 'el del catálogo de la web', como debería ser en un mundo justo, sino 'a probarme a ver qué tienen'. Y todos los días cientos... miles de sáuridas gordas se casan, sáuridas de escama abundante que han ido a esas tiendas a probarse 'a ver lo que tenían'. Y esas muchas muestras de talla estándar que acaban en las tiendas de outlet también son manoseadas por sáuridas gordas con presupuestos ajustados que van buscando 'a ver qué encuentro', y que encuentran solo dos lañas, mientras las estándar siguen teniendo dónde elegir. Y tienen que conformarse y casarse con el vestido que encuentren, no el que quieren.

Señores de las boutiques de novia: tener, por ejemplo, media colección en tallas grandes NO les va a hacer perder dinero. Esos vestidos se venderán en la tienda o en un outlet. Y además les ahorrarán ustedes sudores, esfuerzos y pellizcos tanto a las plus sáuridas como a sus sufridas dependientes que, en probadores ignotos, luchan por colocar pinzas como si no hubiera un mañana sobre las escamas de una futura Bridezilla llena de sueños pero también de castillos que se derrumban con cada pinza.

He dicho.

Y así todos seremos felices y comeremos pollo crudo
Otro de los escollos a superar en este tema es la visibilidad de la novia gorda. Es decir: sin ser consumidora de Prensa de la Víscera, tarde o temprano lees publicaciones o ves en la tele a famosas que se casan. Presentadoras, escritoras, cantantes, actrices... todas hermosas, todas con vestidazo y todas delgadas de la vida.
Ni una gorda famosa en vestido de novia, hoygan. Pocas fotos en internet que te puedan decir qué tipo de vestido te sienta bien porque la inmensa mayoría de estrellas en los medios de la víscera son delgadas (o adelgazan rabiosamente para el Día B usando llamativas dietas que publicitan, o a base de dedo, vaya usted a saber). Seguro-segurísimo que hay famosas gordas que se casan, pero nunca son portada, nunca salen en la tele o, incluso, nunca llegan a ser tan famosas como las delgadas simplemente porque son gordas. Pero me estoy desviando del tema...

Y es que, como todo el mundo sabe, ¡hay que adelgazar para tu boda! Y si eres una mujer gorda, ¡hay que adelgazar muchísimo! ¡Las fotos son para toda la vida! ¡Es que el vestido te va a quedar mejor! Hay que modificar dramáticamente tu cuerpo porque ahora mismo das asquito, no querrás colgar fotos de tu cuerpo fofo, celulítico y rebosante en las paredes de tu casa...

Decir hoy en día que no piensas modificar tu figura para cuatro fotos es una herejía. Brideorexia para todos.

Porque para el papel couché, esto es una novia de talla grande. 
Señores, pues ya saben dónde los voy a mandar... ¡a pastar! YO seré la novia que YO elija ser, luchando contra viento, marea, percheros, encajes y lo que se me ponga por delante. Soy mujer, soy bella y soy valiosa. Y al que no le guste...


¡Pronto, nuevas entregas de vuestra sáurida favorita!