domingo, 14 de junio de 2015

Don't rain on my wedding

Queridas sáuridas, hace ya unos días que no nos vemos, ¿qué tal ha ido todo? Por el cubil de los Zilla todo camina lentamente, pero sobre seguro.

- Dime una cosa... ¿te casas conmigo por mí o porque realmente quieres casarte conmigo?
- A ver... cuando una cosa no me gusta o apetece, ¿tú ves que la haga?(recordando los cientos de días soleados sin playa, las decenas de restaurantes que quedaron atrás porque quería ir al de siempre, las luchas intestinas para que al menos pruebe unacucharaditadenada de lo que sea que no haya probado nunca)
- Bueno, pues ya me quedo más tranquila.

Y vivieron felices y destruyeron muchas ciudades juntos
Dentro de dos semanas (bueno, un poco menos) estaré de boda por mi tierra, que se me casa un hermano. Va a ser mi primera boda como 'futura novia', así que las sensaciones para mí serán nuevas. Pero qué leñe, desde que Groomzilla y yo dijimos que nos casábamos, parece que nos nacen las bodas como setas bajo las pezuñas, incluso los 'pues nosotros estábamos pensando que...'.
Niños, una cosa: NO HASTA 2017. No vengáis a joderme más la exclusiva. Que sois unos culoveo de pelotas.

Esperarsus a que me case yo, cohone
Aquellas sáuridas que estén al día de mis correrías por Facebook, sabrán que hace unos días recibí propuestas de menú de un restaurante muy bonito de mi tierra. Y que en dicho menú encontré algo extraño: postres 'para él' y postres 'para ella'.
Vamos, que en cuanto lo leí se me encendió la alarma feminista, me indigné barbaridad y fui a cantar el hecho por las redes sociales. Era algo extraño y, a todas luces, ofensivo. Preparé mi mejor corte de mangas para dárselo al manager cuando le escribí un mail preguntándole, en plan inocente, por el hecho.



Bridezilla mandando a pastar al heteropatriarcado
La respuesta no vino por mail, sino a través de una llamada de teléfono. El dueño mismito del hotel me llamó, pillándome medio en bragas (literalmente, ya que estaba a punto de entrar en una cabina bronceadora). Me respondió muy amablemente a las otras preguntas 'de despiste' y al llegar a la cuestión delicada, me dijo 'no eres la primera en preguntar sobre ello, hay mucha gente que se extraña'.
Por lo visto, aducen que así pueden sacar dos muestras de postre en un solo menú. Y no se les ha ocurrido mejor manera de sacarlas de una forma más o menos equitativa que dividir por sexos: los invitados a una boda suelen ser parejas (heterosexuales: esto lo añado yo porque parece que para el dueño sólo existen este tipo de parejas) y que, al servir uno al hombre y otro a la mujer, se supone que hay suficiente confianza entre la pareja como para compartir el postre y que todo el mundo pruebe ambos postres.
Vamos, que además de no conocer la realidad de todo el mundo (si yo le meto la cuchara en el plato a Groomzilla, arde Tokio) tampoco parece que hayan contado con que la separación por sexos atufa demasiado a sexismo, no tiene en cuenta a las otras realidades sociales (como parejas homosexuales, solteros, etc.) y encima el tema es MUCHO MÁS SENCILLO: dividan entre dos los comensales y saquen los postres a cholón. Y punto pelota. No pongan tetas y penes al menú.
De todos modos, como el hombre fue tan simpático, tan correcto y tan sincero, le expliqué que yo le doy duro al feminismo y que ese menú me llamó la atención desde el principio. Pero para mal. Que los de mi tierra somos muy directos y demás. Él me dijo que se podía modificar el menú a gusto de los organizadores. Aunque espero sentarme en la misma mesa con él e intentar que destierren esa separación para el futuro, contrate o no contrate el lugar, si la única razón es sacar dos postres.
Como dije en mi Facebook, es tan absurdo como imprimir los menús de las rubias en Comic Sans.


En otro orden de cosas, me he lanzado como una auténtica posesa a ver realities de vestidos de novia. La mezcla de patetismo, emoción y ridiculez me atrae sobremanera. Si bien primero vi I found my gown (que podéis ver gratis y doblado en la página de Divinity bajo el título 'Me pido ese vestido') ahora estoy metida de lleno, bote de helado y palomitas y todo, en Say yes to the dress. En concreto, en la sección de tallas grandes, el Big Bliss (este lo estoy viendo en Youtube).

Madre mía, qué fauna hay en Estados Unidos...

Melopidomelopidomelopido FROM MY COLD DEAD HANDS
Me superencanta (NO) cuando ves a mujeres de cientoymuchos kilos diciendo 'I consider myself a plus size woman'... perdona, chata, no es que te lo consider yourself, es que eres GORDA. Como yo y como muchas otras. Gorda. Ni gordibuena, ni curvy, ni full-bodied, ni curvacious, ni full-figured. Eres gorda, acéptalo, vive con ello y además, disfrútalo.


Soy gorda y mi coño lo disfruta. Pon más alfileres, mona.
Qué manía hay con los eufemismos, jroñas... bueno con los eufemismos y con colocar a las novias MALDITOS CORTES SIRENA. Vamos, que hay que embutirlas como si fueran un botillo drapeado de raso, sí o sí. Incluso las novias que llegan con la idea clarísima de que quieren un corte princesa, o un ballgown... venga, al menos un corte sirena se tienen que probar. Y eso, a no ser que seas una modelo de Cibeles, NO QUEDA BIEN. Cojona con el corte sirena. Y con el drapeado.
Bueno, al menos en este show no se quedan mirando a las novias gordas como si viniesen de otro planeta con la misión de reventar las cremalleras de tus tallas 38 unitalla. Que es lo que pasa en muchas tiendas de ropa de este país. Vamos, que dan ganas de cogerse un avión e irse a comprar el vestidico allí.
Haters gonna hate

Por el momento esto es lo que puedo contar. Parece que se perfilan un poco más los detalles de las bodas, aunque de eso LÓGICAMENTE no os voy a hablar aquí. Sólo os contaré un pequeño spoiler: la boda en mi tierra va a ser bastante curiosa, en el buen sentido de la palabra.

Hale, queridas sáuridas, hasta la próxima entrega desde Zillaville.

4 comentarios:

  1. Yo sigo pensando que los del restaurante, si quieren que la gente pruebe varios postres, mejor harían sacando una bandeja con variados al centro de la mesa y que cada cual se sirva a su gusto. O que le saquen a cada comensal un plato con tres o cuatro mini-postres de bocado...

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  2. La idea de un plato insividual con minibocaditos de postres, lo he visto y catado en algunas bodas y es una solución genialosa, porque así seguro que aciertas con el postre, ya que hay varios sabores igual que hay varios gustos de comensales.

    Lo del vestido...¿Nos vamos de excursión a Ú Ese Á a probarte alguno? :p A mí no me importaría...Aunque espera a ver si me toca el extra de verano de la ONCE.

    Por cierto, me ha encantado lo de "Soy gorda y mi coño lo disfruta. Pon más alfileres, mona." XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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  3. Yo me probé EL VESTIDO. Y al final es lo que tu quieres y punto. Ánimo bridezilla!

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