- Dime una cosa... ¿te casas conmigo por mí o porque realmente quieres casarte conmigo?
- A ver... cuando una cosa no me gusta o apetece, ¿tú ves que la haga?(recordando los cientos de días soleados sin playa, las decenas de restaurantes que quedaron atrás porque quería ir al de siempre, las luchas intestinas para que al menos pruebe unacucharaditadenada de lo que sea que no haya probado nunca)
- Bueno, pues ya me quedo más tranquila.
Y vivieron felices y destruyeron muchas ciudades juntos |
Niños, una cosa: NO HASTA 2017. No vengáis a joderme más la exclusiva. Que sois unos culoveo de pelotas.
Esperarsus a que me case yo, cohone |
Vamos, que en cuanto lo leí se me encendió la alarma feminista, me indigné barbaridad y fui a cantar el hecho por las redes sociales. Era algo extraño y, a todas luces, ofensivo. Preparé mi mejor corte de mangas para dárselo al manager cuando le escribí un mail preguntándole, en plan inocente, por el hecho.
Bridezilla mandando a pastar al heteropatriarcado |
Por lo visto, aducen que así pueden sacar dos muestras de postre en un solo menú. Y no se les ha ocurrido mejor manera de sacarlas de una forma más o menos equitativa que dividir por sexos: los invitados a una boda suelen ser parejas (heterosexuales: esto lo añado yo porque parece que para el dueño sólo existen este tipo de parejas) y que, al servir uno al hombre y otro a la mujer, se supone que hay suficiente confianza entre la pareja como para compartir el postre y que todo el mundo pruebe ambos postres.
Vamos, que además de no conocer la realidad de todo el mundo (si yo le meto la cuchara en el plato a Groomzilla, arde Tokio) tampoco parece que hayan contado con que la separación por sexos atufa demasiado a sexismo, no tiene en cuenta a las otras realidades sociales (como parejas homosexuales, solteros, etc.) y encima el tema es MUCHO MÁS SENCILLO: dividan entre dos los comensales y saquen los postres a cholón. Y punto pelota. No pongan tetas y penes al menú.
De todos modos, como el hombre fue tan simpático, tan correcto y tan sincero, le expliqué que yo le doy duro al feminismo y que ese menú me llamó la atención desde el principio. Pero para mal. Que los de mi tierra somos muy directos y demás. Él me dijo que se podía modificar el menú a gusto de los organizadores. Aunque espero sentarme en la misma mesa con él e intentar que destierren esa separación para el futuro, contrate o no contrate el lugar, si la única razón es sacar dos postres.
Como dije en mi Facebook, es tan absurdo como imprimir los menús de las rubias en Comic Sans.
Madre mía, qué fauna hay en Estados Unidos...
Melopidomelopidomelopido FROM MY COLD DEAD HANDS |
Soy gorda y mi coño lo disfruta. Pon más alfileres, mona. |
Bueno, al menos en este show no se quedan mirando a las novias gordas como si viniesen de otro planeta con la misión de reventar las cremalleras de tus tallas 38 unitalla. Que es lo que pasa en muchas tiendas de ropa de este país. Vamos, que dan ganas de cogerse un avión e irse a comprar el vestidico allí.
Haters gonna hate |
Hale, queridas sáuridas, hasta la próxima entrega desde Zillaville.
Yo sigo pensando que los del restaurante, si quieren que la gente pruebe varios postres, mejor harían sacando una bandeja con variados al centro de la mesa y que cada cual se sirva a su gusto. O que le saquen a cada comensal un plato con tres o cuatro mini-postres de bocado...
ResponderEliminarLa idea de un plato insividual con minibocaditos de postres, lo he visto y catado en algunas bodas y es una solución genialosa, porque así seguro que aciertas con el postre, ya que hay varios sabores igual que hay varios gustos de comensales.
ResponderEliminarLo del vestido...¿Nos vamos de excursión a Ú Ese Á a probarte alguno? :p A mí no me importaría...Aunque espera a ver si me toca el extra de verano de la ONCE.
Por cierto, me ha encantado lo de "Soy gorda y mi coño lo disfruta. Pon más alfileres, mona." XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Yo me probé EL VESTIDO. Y al final es lo que tu quieres y punto. Ánimo bridezilla!
ResponderEliminarMencanta!! Todo.
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